jueves, 6 de noviembre de 2014

RAZÓN VS PASIÓN

Últimamente hemos estado debatiendo qué es mejor: ser un cerdo satisfecho o un Sócrates insatisfecho. ¿Preferimos ser felices e ingenuos?  ¿O quizás estar toda en busca del conocimiento y no encontrar fin? Me ha parecido un tema muy interesante para ponerlo en práctica con la filosofía/ética atomista. Solo que en vez de ser Sócrates insatisfechos o cerdos satisfechos, hay que elegir entre la razón y la pasión. ¿Cuál es más prescindible? ¿Podrías vivir sin una de ellas? ¿Cuál?
Si has leído una de nuestras entradas más antiguas, ya sabrás cual es la respuesta de los atomistas frente a esta pregunta. Obviamente, la razón. La filosofía atomista es simple, aunque acertada: todo lo que nos rodea está formando por átomos y vacío. No se plantea lo que sentimos, para los atomistas los sentimientos son atributos de la materia reunida en un modo suficientemente fino y complejo. Si os quedaban dudas acerca de la elección atomista, la ética atomista nos las responde: Nosotros actuamos con sentido común y razonamiento. Y además, rechazamos los excesos emocionales o psicológicos.
Los atomistas pensamos que el razonar y actuar de manera moderada nos hará vivir mejor y no creemos que nuestras acciones vayan guiadas por el corazón, ya que los sentimientos son parte de la actividad animal y actuamos siempre como un humano tiene que actuar, con el cerebro. Con Razón.
Hay muchos casos en los que hay que actuar con razón. En las elecciones más importantes de tu vida tendrás que usarla. Y con elecciones importantes me refiero a optativas para Bachiller, por ejemplo. O incluso a la hora de elegir amigos o pareja. No se juzga con el corazón, sino con la razón. Y una mala decisión en la gente que te rodea puede arruinar tu vida.
La razón es más eficaz porque no dependemos de nadie, nosotros elegimos lo que hacemos y, si nos surgen problemas, sabemos cómo actuar. ¿Con sentido común y lógica, qué puede ir mal? No nos hace falta la pasión. Y eso es lo único en lo que nuestra escuela filosófica se equivoca.
La razón puede ir dada de la mano de la pasión, aunque los atomistas pensemos lo contrario. A veces, incluso puede ayudar. Imagina que tienes un billete de veinte euros. Te quieres comprar un libro, al cual le pusiste los ojos encima hace un mes. Tienes muchas ganas de comprártelo, pero…ves a un mendigo. Parece muy triste. Cuando te acercas más, ves que en su caja de cartón nadie le ha dejado un solo céntimo. Si actuaras solo con razón, pensarías que ha escondido el dinero y que está actuando para que le den más. Te comprarías el libro y te sobrarían dos euros. Pero no se los darías a él porque seguirías desconfiando y ser caritativo va unido al corazón. Además esos dos euros podrían ser útiles para ti. En cambio, si actuases solo con pasión, le darías todo el dinero sin pensártelo. Pero, si juntases la razón y la pasión, te comprarías el libro y le darías los dos euros al mendigo. En esta situación saldrían ganando todos: El mendigo, tú e incluso la sociedad. Si la gente te ve dándole esa propina, se acercara y tendrá un poco más de motivación a darle un par de monedas. Entonces, la solidaridad se irá globalizando poco a poco… ¡Hay tanto que puede cambiar gracias a un simple movimiento!
Sin embargo, los atomistas seguimos eligiendo la razón. No podemos argumentar en contra de una de nuestras ideas básicas, perderíamos la dignidad y todo lo demostrado no valdría. Además, seguimos pensando que es más importante la razón en muchos sentidos. Si los que manejan el mundo utilizarían más la razón, podríamos evitar muchas tragedias y el mundo estaría mejor en muchos campos. Si se piensa con razón, todo estará en orden y será más fácil de manejar. Si se piensa con el corazón y él dicta todo lo que haces, ya no sabrás ni cómo resolver el caos que has hecho a tu alrededor.
-LBE

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